Formando parte de las provincias de Cádiz y Málaga encontramos la Ruta de los Pueblos Blancos, un recorrido por pintorescos pueblecitos de casas encaladas, tejados rojos y trazado caprichoso en sus calles de claro origen medieval.
La ruta que hemos elegido atraviesa veinte pueblos al norte de la Sierra de Cádiz, algunos inmersos ya en el Parque natural Sierra de Grazalema. Luego nos adentraremos en la provincia de Málaga para bajar hacía el sur llegando a varias poblaciones situadas en el parque natural de Los Alcornocales o bajo su influencia.
Muchos de los entornos de los que vamos a disfrutar son paisajes declarados reserva de la biosfera. Pero si algo tienen en común todas estas localidades es la belleza de su casco histórico, su economía ligada al cultivo del aceite, la producción artesana de artículos de piel y la presencia en la mayoría de ellas de los restos de un castillo.
A todo ello podemos sumar otros intereses como son una exquisita gastronomía basada en los productos de la tierra y una serie de fiestas y tradiciones propias que hacen a esta ruta sumamente atractiva.
Los pueblos que vamos a visitar son los siguientes: Arcos de la Frontera (Cádiz), Espera (Cádiz), Bornos (Cádiz), Villamartín (Cádiz), Prado del Rey (Cádiz), El Bosque (Cádiz), Ubrique (Cádiz), Grazalema (Cádiz), Zahara de la Sierra (Cádiz), Aldodonales (Cádiz), El Gastor (Cádiz), Olvera (Cádiz), Setenil de las Bodegas (Cádiz), Ronda (Málaga), Benaoján (Málaga), Algatocín (Málaga), Gaucín (Málaga), Casares (Málaga), Jimena de la Frontera (Cádiz) y Castellar de la Frontera (Cádiz).
Empezamos nuestra ruta en Arcos de la Frontera, población situada sobre una pequeña montaña (La Peña) en el margen derecho del río Guadalete y en el interior de un amplio meandro que ha hecho que su caserío haya tenido que adaptarse al trazado sinuoso del terreno.
Es uno de los pueblos blancos más bonitos de Andalucía; su casco antiguo, declarado Monumento Histórico Artístico Nacional, atrae cada año a mayor número de visitantes, aunque tampoco podemos olvidarnos del rico patrimonio natural (lago, cuevas de Berruco y del Susto, garganta verde, Guadiaro, etc.) que posee el municipio. En la actualidad Arcos es una ciudad importante que basa su economía en la agricultura y ganadería pero que ha sabido ver en el turismo otra magnífica fuente de ingresos. Su centro histórico ha sabido mezclar de forma armoniosa su trazado y arquitectura medieval con el esplendor renacentista convirtiéndola en una ciudad de contrastes en la que destacan monumentos como su castillo, la Basílica menor de Santa Maria, la iglesia de San Miguel o la puerta matrera, única de las puertas que permanece en pie de la antigua muralla árabe.
Continuando un poquito hacia el norte llegamos a la antigua y desconocida población de Espera. Esta población, habitada ya desde el Paleolítico cuenta en su termino con numerosos yacimientos tanto prehistóricos, como romanos, visigodos y árabes. Son dignos de mencionar el asentamiento Ibérico de Esperilla, el yacimiento de Carissa Aurelia o el Castillo de Fatetar.
A unos diez kilómetros de Espera, atravesando un paisaje de campiña donde algodón, girasol y olivo inundan los campos de cultivo llegamos a Bornos, población que se ubica en la falda de la Sierra del Calvario, junto al embalse. Alimentado por las aguas del río Guadalete, su cola está declarada paraje natural. Esta villa de trazado árabe resume muy bien lo que ha sido su historia en un solo monumento, el Castillo Palacio de los Ribera, donde se percibe la mezcla árabe, cristiana y renacentista que esta población ha sabido conjugar. Otros monumentos que no debemos dejar de visitar son los restos del monasterio de Santa María del Rosario o la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán.
En la parte nordeste del embalse de Bornos encontramos la localidad agrícola de Villamartín. Zona de transición entre la campiña y la sierra es un importante nudo de comunicaciones entre las localidades de la comarca lo que ha favorecido que se haya convertido en centro de servicios públicos (hospital, juzgado, bomberos, etc.). Es interesante visitar el monumental Campo Dolménico de Alberite donde podemos contemplar un conjunto de sepulcros megalíticos muy bien conservados, las ruinas de la Ciudad Tartésica de Torrevieja o los restos de la fortaleza árabe de Matrera del siglo XI construida sobre el Monte Pajarete.
Junto al puerto de Alcaudete y flanqueada por el cerro Verdugo y Las Lomas encontramos la población de Prado del Rey cuyos orígenes podemos suponerlos al sur del municipio, en Iptuci, antigua ciudad fenicia que se construyó para la explotación de sus salinas y alcanzó su máximo esplendor en la época romana, cuando incluso llegó a acuñar moneda propia. Pasó también a manos árabes y fue destruida por Alfonso VII en el siglo XII. Pero la población, tal y como la conocemos hoy día, surge en el reinado de Carlos III con la colonización de las zonas despobladas de Andalucía y presenta por tanto las características de este tipo de poblaciones, con calles rectas, paralelas unas a otras y perfectamente distribuidas en torno a una plaza. Las calles forman manzanas cuadrangulares y están ajardinadas (naranjos, limoneros, rosales y jazmines) lo que le ha merecido el calificativo de "Jardín de la Sierra".
Al sur de la anterior y en la falda del monte Albarracín encontramos El Bosque. Rodeada de valles, surcada por el río Majaceite y formando parte ya del Parque Natural de la Sierra de Grazalema es puerta de entrada a la parte occidental del mismo. No hay que decir que su entorno natural es magnifico e idóneo para realizar todo tipo de actividades de contacto con la naturaleza (pesca, senderismo, rutas en bicicleta o a caballo, ala delta, parapente, etc.). La población, además de su apreciada marroquinería y muebles artesanos cuenta además con otros atractivos como la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe (siglo XVIII) o el Palacio Ducal (siglo XV). El Bosque ha obtenido un Premio Provincial de Embellecimiento.
Declarada Conjunto Histórico tenemos a Ubrique cuyo trazado se adapta a las líneas de las montañas que lo rodean: Parques Naturales de Grazalema y de Los Alcornocales. El río Ubrique divide por la mitad a esta población e fundación fenicia y origen romano como lo atestigua la ciudad de Ocuri, un monumental conjunto del siglo II a.C. situado en el llamado “Salto de la Mora”. Pero Ubrique cuenta con un casco histórico precioso de trazado típico medieval en el que se levantan edificios como las iglesias de San Antonio, San Juan de Letrán, Nuestra Señora de la O o el convento de Capuchinos. Su tradición en marroquinería y su excelente gastronomía son otros de sus muchos atractivos.
En pleno parque natural y rodeada de un terreno muy montañoso encontramos Grazalema formando la parte más occidental de la Cordillera Penibética. Debido a su complicada orografía cuenta con un microclima especial en el que hay temperaturas suaves y gran abundancia de precipitaciones proporcionando una flora característica entre la que destaca su espectacular bosque de pinsapos. La ciudad cuyo nombre proviene del árabe "Gran Zulema" cuenta con numerosos atractivos turísticos sobre todo relacionados con su exuberante naturaleza: nacimiento del río Guadalete, bosque de Pinsapos, Salto del Cabrero o la famosa Garganta Verde.
Uno de los pueblos Blancos mas espectaculares es Zahara de la Sierra, ubicado en la falda de la Sierra del Jaral, entre los ríos Guadalete y Bocaleones.
Ciudad fundada por los árabes, cuenta con un rico patrimonio artístico, histórico y natural.
La belleza de su casco urbano con sus calles (las más empinadas y estrechas de todos los pueblos blancos), casas encaladas y balcones floridos, ha hecho que se la declare Conjunto Histórico Artístico.
Junto al pantano encontramos el área recreativa Arroyomolinos, un amplio espacio donde se ha aprovechado el curso del río para crear una pequeña playa artificial con todo tipo de instalaciones y servicios.
Al norte de Zahara, al pie de la Sierra de Líjar y entre olivares y huertas encontramos Algodonales. El agua es una de las riquezas del pueblo ya que cuenta con numerosos manantiales y fuentes que surten al pueblo de agua potable. Pero Algodonales es conocido por tres cosas muy diferentes entre sí: su excelente aceite de oliva con denominación de origen "Sierra de Cádiz", sus artesanos fabricantes de guitarras y por ser un destino conocido por los amantes de deportes de vuelo libre (ala delta, parapente, globo, etc.).
Protegido por el monte Algarín (1.070m. de altitud) encontramos El Gastor, llamado "el Balcón de los Pueblos blancos" ya que desde su punto mas alto tenemos una amplia panorámica de todos los pueblos de alrededor. Es uno de los pueblos de la Sierra de Cádiz más desconocidos y que cuenta con numerosos atractivos para el turismo: dólmenes, necrópolis romana, el Museo de Artes y Costumbres Populares José Mª El Tempranillo, fiesta del Corpus, etc.
Olvera es la localidad más al norte de todas las que conforman esta ruta. Rodeada de sierras (Zaframagón, Líjar, Harinas) se encuentra atravesada por los ríos Guadalporcún y Salado (afluentes del Guadalete). El cultivo del olivar es muy importante y se utiliza para la producción de aceite con la “Denominación de Origen de la Sierra de Cádiz”. El municipio cuenta con gran número de cooperativas. Su patrimonio artístico es amplio: barrio de la Villa, castillo árabe, santuario barroco de Nuestra Señora de los Remedios, etc. En sus alrededores se encuentra la Reserva natural del Peñón de Zaframagón, una formación rocosa caliza de más de quinientos metros de altura en la que el río Guadalporcún ha realizado una espectacular garganta. El lugar es de gran importancia ecológica por contar con la mayor colonia de anidación de buitres leonados de Andalucía y una de las más importantes de Europa, además de otras especies (águila, azor, búho, gavilán, halcón, etc.).
Bajando hacia Ronda encontramos Setenil de las Bodegas . El río Guadalporcún la atraviesa y forma un impresionante tajo a su paso por la ciudad. Esta excepcionalidad ha sido aprovechada por los habitantes para realizar sus casas bajo las rocas dotando al municipio de gran belleza. El pueblo que se adapta a la orografía del terreno y al curso del río se va elevando hasta el castillo originando diversos niveles de altura entre los que encontramos varios puentes, el castillo o la iglesia de la Encarnación.
Nos adentramos en la provincia de Málaga y encontramos la espectacular Ronda. Se encuentra situada al borde del tajo del río Guadalevín, un barranco de unos cien metros de profundidad y unos 70 m. de anchura por cuyo fondo corre el río. Es la localidad más extensa de la Serranía y como tal merece que la visitemos despacito. La garganta del río la protegía de oeste a noreste mientras que una doble muralla árabe la defendía por la zona sur. En su interior encontramos una ciudad de traza árabe pero en la que se han ido instalando numerosos edificios, iglesias y palacios de gran belleza. Sus baños árabes son unos de los mejores conservados de la Península Ibérica, su Puente Nuevo es espectacular sobre el tajo del río y la plaza de toros realizada en piedra arenisca es una de las más antiguas de España. La ciudad está declarada Conjunto Histórico-Artístico.
Muy cerca de Ronda encontramos Benaoján. La sierras de Líbar y Montalate conforman un relieve muy accidentado en el que se crean formaciones kársticas. Las cuevas del Hundidero, la cueva del Gato y la Pileta son de extraordinaria importancia por sus pinturas prehistóricas que datan del Paleolítico superior, motivo por el que ha sido declarada Monumento Nacional de Arte Rupestre.
Entre los ríos Genal y Guadiaro encontramos la población de Algatocín, un vergel en el que bosques y cultivos de regadío conviven perfectamente dando como resultado un paisaje digno de ser fotografiado. Al igual que el resto de los pueblos blancos su estructura urbana de origen árabe se adapta al terreno solo, que en este caso, sus casas encaladas contrastan enormemente con el color verde de la vegetación que rodea a la población.
En el extremo suroeste de la Serranía de Ronda y muy cerca de Algatocín encontramos Gaucín, situado en la Sierra del Hacho, bajo el castillo del Águila, fortaleza árabe del siglo X que se construyó sobre un antiguo asentamiento romano. Regada también por los ríos Guadiaro y Genal su paisaje es exuberante con grandes bosques de alcornoques, pinos y acebuches.
El último pueblo de la provincia de Málaga de nuestra ruta es Casares que se extiende sobre dos colinas y sus casas blancas parecen resbalar por las laderas. En el punto más alto el castillo domina la población con espectaculares vistas sobre el mar e incluso África. Casares se encuentra a tan solo 14 Km. de la Costa del Sol, a la cual pertenece ya que su término municipal es amplio y se extiende hasta el mar. Es considerado como uno de los más bellos pueblos de España y está declarado Conjunto Histórico-Artístico.
Volvemos a adentrarnos en la provincia de Cádiz para visitar los dos últimos pueblos de esta ruta: Jimena y Castellar de la Frontera.
Jimena de la Frontera se encuentra situada entre la Bahía de Algeciras y la Serranía de Ronda. Incluida en el Parque Natural de los Alcornocales no tiene salida al mar, aunque si se comunica con él a través del río Guadarranque. Su casco urbano ha sido declarado Conjunto histórico artístico ya que su patrimonio es amplio con muestras de la mayoría de pueblos que han pasado por estas tierras: Cueva de la Laja Alta con pinturas rupestres, Necrópolis del Cerro de Vargas (cerro de los Zarzales), el Castillo, el Baño de la Reina Mora, la Iglesia de la Misericordia, Reales fábricas de artillería o el Campanario de la iglesia de Nuestra Señora Coronada.
Sobre un promontorio rocoso y con el castillo dominando toda la Bahía y el Peñón de Gibraltar llegamos al último pueblo de nuestra ruta: Castellar de la Frontera. Tenemos que distinguir entre el Castellar Viejo y el Nuevo, construido en 1971 a 8 Km. del antiguo. Es en el viejo donde encontramos uno de los pocos ejemplos que existen de núcleo habitado en el interior de un castillo (siglos XII-XV) perfectamente conservado y auténtico con sus estrechas y laberínticas calles donde en la actualidad se agrupan tabernas de flamenco y restaurantes. Está declarado Monumento Histórico Artístico.
No podemos olvidarnos de otros pueblos que también podrían incluirse en este itinerario y que también cuentan con todos los atributos para formar parte de esta ruta: Alcalá del Valle, Algar, Benamahoma, Benaocaz, Cortés de la Frontera, Puerto Serrano, Torre Alhaquime, San Pablo de Buceite, Villaluenga del Rosario, Genalguacil, Frigiliana, etc.
